martes, 9 de diciembre de 2008

Ayuda a salvar a tu hijo del éstres

Los niños también están expuestos a situaciones de estrés. Ir a la escuela o algunas situaciones sociales puede parecer abrumador para algunos niños, particularmente si no tienen estrategias sanas para hacer frente a sentimientos intensos y a resolver los problemas de todos los días.
Aparentemente los niños con estrés, no inician una conversación sobre lo que les preocupa, pero desean que sus padres se acerquen a ellos y les ayuden a hacer frente a sus sentimientos. Para los padres no siempre es fácil saber cómo acercarse emocionalmente a un niño, cuando éste se siente preocupado.
Algunas ideas para ayudarlo son:
-Comunica tu interés en el asunto. Cuanto te des cuenta que tu hijo está preocupado, díselo. Cuida que tu comentario no sea evasivo ni suene a acusación. Algo como “¿Qué pasó? ¿Sigues enojado por lo que pasó?”, puede abrir el dialogo con tu hijo.
-Escucha a tu hijo. Cuando tu hijo trate de contarte, escúchalo con interés, paciencia, amplitud de mente, y demostrando que te importa. Evita juzgar, culpar, dar sermones o decir lo que él o ella deberían hacer. Tómate tiempo y averigua más. “¿Y entonces qué pasó?”
-Habla brevemente, sobre lo que piensas que tu hijo, está atravesando. “Eso debe haber sido muy molesto” o “Eso debe haberte parecido injusto”. Se trata de hacer ver a tu hijo, que es comprendido y escuchado. Con ello, tu hijo se sentirá emocionalmente cercano a ti, lo cual es muy importante en los momentos de estrés.
-Ponle nombre a lo que ocurre. Muchos niños no tienen todavía palabras para expresar sus sentimientos. Expresar los sentimientos con palabras ayuda a que su hijo se comunique y tenga conciencia de sus emociones y adquiera la habilidad de reconocer sus propios estados emocionales.
-Ayuda a tu niño a pensar en cosas que hacer. Sugiérele actividades que pueda hacer para sentirse mejor y poder resolver los problemas que enfrenta. Motívalo a pensar en algunas ideas al respecto. Apoya las buenas ideas de su hijo y añade algunas de ellas según sea necesario. Siempre cuidando, de no dedicarle al problema más atención de la que sea necesaria.
Simplemente está presente. A veces los niños no se sienten con ganas de hablar sobre lo que les preocupa. Respeta esta forma de actuar de su hijo y dale el espacio que necesita, pero aun así deje claro que estarás a su lado cuando él o ella se sienta con ganas de hablar.
-Se paciente. Como padre o madre, te duele ver a tu hijoinfeliz o preocupado. Pero intenta resistir tu deseo de resolverle todos los problemas. Concéntrate en ayudarlo poco a poco a que se convierta en un niño que sepa cómo hacer frente a los altibajos de la vida, expresar sus sentimientos con palabras, calmarse cuando sea necesario y recuperarse para volver a tomar las riendas de su vida.
-Al enseñarle estrategias saludables para hacer frente a los problemas de la vida, estarás preparando a tu hijo a ser capaz de manejar cualquier preocupación que enfrente en el futuro.

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