martes, 9 de diciembre de 2008

Principios básicos para las madres y padres para educar a tu hijo


1. Nosotros somos los educadores, la escuela o colegio sólo complementan.
2. Educar bien es enseñar a: conocer las propias posibilidades, desear crecer, aceptar nuestras limitaciones y nuestras virtudes de forma sana, es enseñar a vivir.
3. Educar bien es enseñar a adaptarse a todas las situaciones: buenas o malas.
4. Educar no es proporcionar experiencias buenas y asilarle de las malas. Es ayudarle a aprender de ellas.
5. Para educar bien no existen recetas, se aprende de experiencias concretas y luego se generaliza.
6. Educar es una toma de decisiones constante.
7. Nuestras decisiones están muy influidas por cómo hemos sido educados.
8. Ser conscientes de ello ayuda a educar más sensatamente.
9. Educar bien a mi hijo (a), no es compensarle por lo que nosotros no hemos recibido en nuestra niñez. “Los hijos no nacen con tus carencias ni necesidades, no se las crees”.
10. Debo ser consciente de lo que me transmitieron cuando me educaron.
11. Debo educar en el presente con perspectiva de futuro.
12. Una mala actuación ahora se paga con creces en el futuro.
13. No debo angustiarme. Si no puedo, busco ayuda.
14. Para educar bien es necesario tener sentido común.
15. Muchas veces necesitamos una visión objetiva desde fuera.
16. No dudes en pedir orientación educativa aunque el problema parezca pequeño.
17. No existen los superpadres, todo el que te comente que su relación con su hijo es perfecta, puede ser que necesite aparentar o que no quiere ver los problemas.
18. Nada es lo mismo para un hijo que para otro.
19. Educar bien no es buscar las mismas condiciones para todos, sino es dar a cada hijo lo que necesita. Hacerlo así no es ser injusto, ayuda a los hijos a crecer aceptando la individualidad de cada uno.
20. Educando voy a cometer errores.
21. No hay error que no se enmiende.
22. Puedo rectificar sin perder la autoridad.
23. No importa lo que sucedió en el pasado, si hay problemas hay que “tomar la situación de inmediato”.
24. Sé positivo. Dile a tu hijo lo que degusta y pon un límite a lo que no te gusta.
25. Un niño (a) es una antena parabólica constante. Se entera de todo, lo imita todo. El niño aprende más de lo que ve, que de lo que decimos.
26. El mayor deseo del niño es controlar el entorno.
27. En el entorno también estamos nosotros. Controlar nuestras reacciones le fascinará, incluso aunque sea a costa de que nos enfademos con él o ella.
28. El niño necesita libertad conducida.
29. Si nosotros no ponemos límites a su conducta, lo hará él.
30. Nunca debo mentirle. Si le enfrento a aquellas cosas que no le gustan pero que debe aceptar, le preparo para asumir la realidad.
31. Si le miento lo haré un inmaduro (necesitará que le disfracemos las cosas para aceptarlas) y un inseguro (si no puedo confiar en mis padres ¿en quién puedo confiar?
32. Debo explicarle las cosas (casi siempre) y de forma breve.
33. A veces los niños necesitan un “Porque yo lo digo”.
34. Levantar castigos o encubrir los errores sólo es sobreprotección. Las personas sólo aprendemos de nuestros errores si vivimos las consecuencias de los mismos. Formamos hijos inmaduros incapaces de enfrentarse a la frustración.
35. El mayor deseo de un niño es que papá y mamá estén pendientes de él.
36. La atención que le prestamos es nuestra mejor arma. Quién sabe cómo y
cuándo prestar atención a su hijo(a) sabe educar.
Todos estos principios se pueden resumir en el siguiente pensamiento:
· Sé que puedes.
· Por eso te enseño y te exijo.
· Y como sé que te cuesta esfuerzo, te lo reconozco.

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